Los orígenes de la AFEM de Nou Barris tienen como punto de partida la reforma psiquiátrica iniciada en 1986 cuando la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. La ley decía en uno de los puntos: la atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel ambulatorio y los sistemas de hospitalización parcial y la atención a domicilio, reduciendo así al máximo la necesidad de hospitalización. Había tres puntos más, todos iban en la misma línea. Está claro que hay metas por cumplir como la atención a domicilio, aunque hay centros que ya la están aplicando para evitar ingresos traumáticos.
El ámbito comunitario incluía, a pesar de no mencionarla por una cuestión de forma, a la familia. Debíamos cuidar en casa a la persona diagnosticada sin que nadie se preocupara de instruirnos. Los gobiernos, las administraciones y los colectivos profesionales de varios países europeos decidieron dar una vuelta a la salud mental después de años de darse cuenta de que los psiquiátricos no cumplían la función de rehabilitación, sino que aislaba de la sociedad a las personas allí ingresadas.
Nueve años después de la reforma nos constituíamos en asociación en asamblea de octubre de 1995, y posterior inscripción en el registro de entidades de la Generalitat de Catalunya en abril de 1996. En ese momento éramos la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales del Centro Día Dr. Pi y Molist. El centro de día servía para llenar las horas de las personas que habían sido ingresadas en el Institut Mental de la Santa Creu i Sant Pau y las de otras personas que se incorporaban desde sus hogares.
El Mental, como le llamábamos los vecinos de la zona, fue construido entre 1885 y 1915 en base a un proyecto del doctor Emili Pi i Molist que revolucionaba el concepto de “manicomio” moderno. Antes del inicio de las obras visitó las instituciones más modernas de varios lugares de Europa para aplicar lo mejor de cada una de ellas. La ubicación escogida, que pertenecía entonces al pueblo de Sant Andreu de Palomar, le pareció ideal por las aguas, la naturaleza y el entorno, requisitos que consideraba indispensables para culminar su obra.
El edificio tenía capacidad para 700 personas, aunque cuando su demolición definitiva en 1987, al año siguiente de la ley, quedaban menos de la mitad y los terrenos y parte del edificio habían sido vendidos a inmobiliarias, que sustentaron su negocio construyendo bloques de hasta doce pisos con todas las comodidades.
Compartimos instalaciones durante unos años con el Centre de Dia Pi i Molist, primero en una de las dependencias del Mental que quedaban de pie y posteriormente en el edificio de la antigua Escuela Ramiro de Maeztu de Can Peguera. Gracias a las gestiones de la junta de la Associació de Veïns del Barri de Porta pudimos ocupar nosotros el local pared por pared, junto a l’Esplai Tramuntana. Aquí cambiamos de nombre, quitamos la referencia al Centre de Día Dr. Pi i Molist, pasándonos a llamar Asociación de Familias de Enfermos Mentales de Nou Barris. Las nuevas tendencias en cuanto a erradicar el nombre de enfermo de los trastornos mentales ha derivado en el nombre actual Associació de Famílies per la Salut Mental de Nou Barris.
Con los años han ido mejorando muchos recursos de nuevas terapias, medicamentos de última generación y una oferta más amplia de ocio, gracias a que parte de la sociedad se ha concienciado y solidarizado con la salud mental. Hay situaciones que llevan enquistadas un montón de décadas como la inserción laboral, la vivienda, el ámbito judicial y penitenciario, etc. , a las que no se les ve futuro. Se ha realizado una buena labor en atención sociosanitaria, los centros de salud y de rehabilitación incorporan nuevas terapias, sin embargo, desde dentro del colectivo de la salud mental consideramos que se sigue medicando en exceso. Los medicamentos de última generación tienen prestaciones que nada tienen que ver con las anteriores, de un tiempo a esta parte se han incorporado productos de una sola dosis mensual. Los espacios lúdicos y culturales ofrecen actividades creativas como teatro, expresión corporal, música, dibujo y pintura, deportes, etc. Asimismo, el número de clubes sociales para personas con experiencia propia ha ido en aumento desde hace unos años.
Las entidades hemos incorporado nuevos recursos: terapias para familiares y personas con experiencia propia, talleres psicoeducativos, grupos de ayuda mutua, etc. Las entidades de mayor volumen se han atrevido con centros ocupacionales y centros especiales de trabajo. Hay entidades a las que las subvenciones no les llegan para todo lo que invierten y deben subsistir a base de entrar en convocatorias de donativos de entidades privadas y fundaciones, e intentar incrementar el número de socios para no aumentar la cuota a los existentes.
Órganos de gobierno y representación
Miembros:
Presidente: Josep Aguilar Triviño
Vicepresidente: Francisco Utrilla Mendoza
Secretaria: Glòria Cabrera Burnat
Tesorera: Cristina Martinez Solà
Vocal 1ª: Alicia Betorz Vidal
Vocal 2ª: Begoña Sacristán Casas
Junta Directiva a renovar el 03/07/2023